miércoles, 10 de diciembre de 2014

Magret de Pato con Salsa de Berenjena y Manzana Caramelizada

¡Cómo me gusta que llegue el viernes! Cocinar, charlar, cenar, hacer planes, unas risas, pensar en el futuro, brindar, acercarse... Unas horas mágicas a la semana que merece la pena disfrutar. Y que os recomiendo pongáis en práctica si todavía no lo habéis hecho.

Hacía tiempo que quería hacer un plato con magret de pato, pero no encontraba una forma que se saliera un poco del acompañamiento frutal como la salsa de naranja, de frutos rojos, de manzana o de cualquier otra fruta. No es que no me gusten estas salsas pero así es como lo he hecho otras veces y me apetecía variar. Así que buscando algo distinto encontré esta salsa de berenjena que modifiqué un poco a mi antojo y que me pareció el acompañamiento perfecto para el plato de hoy. Aún así no le cerré las puertas al dulce y completé el plato con la manzana caramelizada.

¡Nos ponemos el delantal y qué empiece la fiesta!

INGREDIENTES
(2pax)

1 Magret de Pato

200g de Berenjena
50g de cebolla
1 diente de ajo
9 almendras tostadas
1 tomate
9 aceitunas negras

88g de manzana golden
50g de cebolla
Azúcar moreno
Mantequilla
Aceite de oliva
Sal y pimienta

En primer lugar hacemos unos cortes en la parte grasa del magret en forma de rejilla.
Lo salpimentamos y lo metemos en el horno precalentado previamente a 250º y  con la piel hacia arriba. Le pondremos también unas lascas de mantequilla por encima. Lo dejé hacerse unos 15 minutos.

Mientras picamos la cebolla muy fina y la sofreímos en aceite de oliva. Pelamos la berenjena y la cortamos también en trozos muy pequeños. La añadimos a la sartén, salpimentamos  y dejamos que se haga. Trituramos con la batidora la cebolla y la berenjena con las almendras, 100g de tomate pelado, las aceitunas negras y el diente de ajo. Probamos de sal y ya tenemos nuestra salsa de berenjena lista.


Sofreímos en un poco de mantequilla los otros 50g de cebolla, añadimos la manzana pelada y en dados. Espolvoreamos con azúcar moreno y dejamos a fuego lento hasta que esté hecha.

Para servir fileteamos el magret y los servimos acompañado de la salsa de berenjena y de un poco de manzana caramelizada.

Es hora de abrir una botella de un buen tinto y empezar a saborear el fin de semana.


Por cierto, si os sobra salsa de Berenjena, está buenísima para el aperitivo del día siguiente con unas patatas fritas, con unos doritos o de forma más light con unos bastones de zanahoria.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Lubina con Doble Calabacín

Sé que estáis intrigados con qué es eso del doble calabacín. Para empezar es una forma de no ponerle un nombre tan largo al plato en el que haya que contar todos los ingredientes que lleva. Y para seguir, es doble calabacín porque lleva una salsa de calabacín y cilantro y el acompañamiento son unos espaguetis de calabacín con leche de coco. Calabacín + Calabacín = Doble Calabacín.

Y después de esta aclaración, os cuento que me encanta la lubina, si es salvaje mejor, aunque la mayoría de las veces las que encontramos en la pescadería son de las que comen lo que les dan, nadan por donde les mandan y son más o menos todas del mismo tamaño; es decir las de piscifactoría. La salvaje es de mayor tamaño, más sabrosa, más cara y más difícil de conseguir, pero merece la pena por lo menos para alguna ocasión especial.
Pero no hagamos ascos a las de piscifactoría, que nos permiten disfrutar de ellas todo el año a un precio asequible y su carne y su sabor no está nada mal. Y no sabéis como se las comen los niños, simplemente a la plancha.
Estas últimas son las que elegí, o no me quedó más remedio que elegir a mí, para la cena del viernes. Y os puedo asegurar que la cena no nos defraudó lo más mínimo.

Después de una tarde de amiguitos del pequeño en casa celebrando su cumpleaños feliz y a las 22.30 de la noche, hizo falta un poco de música para entrar en faena, pero enseguida estábamos inmersos en  nuestro Tasty Fridays. Que viernes que dejas escapar, viernes que no vuelve.

INGREDIENTES
(2pax)

3 Lomos de Lubina
1 Calabacín
25g de cebolla
1 diente de ajo
Cilantro fresco
Guindilla o chile picante
1 lata de leche de coco
Aceite de oliva
Sal y pimienta

Hacemos los espaguetis de calabacín, yo tengo un artilugio que me compré hace tiempo que es como un sacapuntas y que hace espaguetis de verduras. Si no lo tenéis, valdría un pelador de los que tienen una parte para cortar en juliana. Con este tendríais que hacer los espaguetis o las tiras a lo largo del calabacín. Entonces quizás necesitéis dos calabacines en vez de uno, por la forma de cortarlos y aprovecharlos. Aunque los restos se pueden aprovechar para la salsa. En vez de ir a lo largo, y si os atrevéis, podéis ir en espiral, que al final es lo que hace el aparato que tengo yo. Y como última opción podríais cortarlos en tira muy finas a cuchillo. Hice 150g de calabacín y si sois de buen comer será un poco escaso, es que en crudo abultan más pero luego al cocerlos menguan.


Ponemos un poco de aceite de oliva en una cacerola, damos una vuelta a los espaguetis y cubrimos con leche de coco; utilicé media lata. Salpimentamos y dejamos cocer 5 minutos a fuego medio. El tiempo depende un poco del grosor y de si os gustan más al dente o menos. Con este tiempo quedaron al dente. Además si los dejáis en la leche de coco mientras preparáis lo siguiente siguen cociéndose un poco. Probarlos también de sal por si os habéis quedado cortos. Para servirlos hay que escurrirlos, no tiréis la leche de coco, os puede servir para cocinar otra cosa.

Para la salsa de calabacín y cilantro. Pelamos el diente de ajo y lo ponemos entero en una cacerola pequeña a sofreír con un poco de aceite de oliva. Cuando empiece a tomar color, añadimos la cebolla picada. Dejamos que se sofría y añadimos el calabacín (110g) cortado en trozos no muy grandes ni muy gruesos. Damos una vuelta, cubrimos con agua y añadimos sal. En 7 minutos lo tenía listo. Escurrimos y pasamos todo al vaso de la batidora. Añadimos un poco de pimienta, el cilantro fresco picado, como una cucharada, y un poco de guindilla. Cuidado con la guindilla o el chile, vale más echar un poco y probar, y si queremos un poco más se lo añadimos. Para batirlo no me hizo falta añadir agua de cocción porque el calabacín ya chupa mucha agua y sino la salsa quedaría demasiado líquida.

Sólo queda salar las lubinas y hacerlas a la plancha, estas al no ser muy grandes se hacen enseguida, tened cuidado de no pasarlas, sería una pena. Respecto a la cantidad de lubina, yo puse tres lomos porque para los dos eran suficientes, tenéis que mirar el tamaño y lo que come cada uno.
También creo que la receta es perfectamente aplicable a otro tipo de pescado, así que no tengáis miedo a probar.

El resultado es un plato con un sabor muy especial, diferente, que nos encantó. 





miércoles, 29 de octubre de 2014

Solomillo de Pavo con Níscalos y Vermut

Es verdad que no se debe hacer un plato, así de primeras sin haberlo "probado - ensayado" antes para una ocasión especial. Para mí las cenas de los viernes son todas ocasiones especiales, pero también es donde, con mi particular conejillo de indias llamado marido, voy probando cosas nuevas. Y no os vayáis a pensar que todos salen bien. Algunos nos gustan, otros van directos a la lista de favoritos, los hay que cambiaría alguna cosa para la próxima vez que los haga y algunos que hasta que no les de una vuelta de 360º se quedarán ahí sin optar a la categoría de "tastyplatos". Estos últimos son los peores, los que me ponen los viernes un poco difíciles. Empiezas a hacerlos y lo que sonaba tan bién en tu cabeza o en algún libro o en alguna receta de aquí mezclada con una salsa de allá no van dando el resultado que esperabas. Pero es viernes, los viernes se celebran; y con buena música y muchas cosas que contarte después de toda la semana, no va a venir aquí doña lubina, don solomillo o doña salsa a dejar que te vengas abajo. Cuando un plato se pone un poco tonto, voy rectificando sobre la marcha y al final conseguimos el objetivo de darle sabor a nuestro momento.

La receta del Pavo de hoy, la saqué de un libro de un superchef michelín. Él la hace con espalditas de conejo, yo lo cambié por pavo, porque ya sabéis que las cenas las hago cuando los niños se acuestan y no me iba a poner a deshuesar las espalditas de conejo a las 10 de la noche para luego rellenarlas. ¿  Otro de los cambios que hice fue el tipo de setas, la receta original utiliza rebozuelos. ¡Qué casualidad!, fui a una tienda exclusivamente a por las setas y los rebozuelos eran los únicos que no tenían. Pues me llevé níscalos y chimpún.
¿Por qué os cuento esto? Porque igual a vosotros os apetece probarla con conejo, bien rellenando las espalditas deshuesadas o bien con el conejo en trozos. Y para que veáis que se puede cambiar y que también podría ser un pollo u otro tipo de carne que nos apetezca probar.

Como yo utilicé pavo, respondo por el pavo, luego no me digáis que la habéis hecho con canguro y que estaba horrible. Bueno sí decídmelo para no probar yo otro día.

A partir de aquí, seguí la receta al pie de la letra, bueno más o menos, porque a veces las recetas están hechas como un informe secreto; solo les falta autodestruirse en cuanto las leas.

INGREDIENTES
(2PAX)

1Solomillo de Pavo, pesaba 365g
200g de níscalos
4 chalotas, pueden ser cebollitas francesas
40 g de dientes de ajo 
6g de perejil
210g vermut blanco
150g de caldo de carne, para hacerlo utilicé bovril.
Una rama de canela
Aceite de girasol

Asamos los dientes de ajo en el horno sin pelar, con un chorrito de aceite por encima a 160º durante 30 minutos. Cercioraros de que están blandos, para poder pisarlos con un tenedor, sino los dejáis más tiempo.
Ponemos la rama de canela troceada en un cazo y la cubrimos con aceite de girasol, encendemos el fuego y cuando se empiecen a formar burbujas alrededor de la canela, como que quiere empezar a freír, lo retiramos del fuego y lo dejamos ahí tapado, para que el aceite coja sabor a la canela, infusione. Si tenéis un termómetro de cocina, el aceite tendría que llegar a 60º y luego se retira. Yo como no tengo termómetro, pues lo he hecho como os he contado.
Mientras ponemos las cebollitas a cocer con la piel partiendo de agua fría, cuando empiecen a hervir las dejamos cocer durante 6 minutos. Las enfriáis en agua con hielo y las peláis.
Limpiamos las setas, las secamos y las troceamos. Esto último es porque los níscalos son bastante grandes, si fuera una seta pequeña no hace falta trocearla. Reservamos.

El pavo hay que rellenarlo. Para ello tenemos que abrirlo, así que haceros con un cuchillo largo y bien afilado. Es fácil, hay que ir un poco despacio para no romperlo. Empezamos por abajo, como si fuéramos a sacar un filete, pero no llegamos al final.
En la parte gruesa que queda vamos haciendo lo mismo, como si lo fuéramos desenrollando. Y así hasta que nos quede el solomillo como un filete enorme. Como va a ir enrollado si se os ha hecho algún hueco pequeño no importa. Lo salpimentamos. Me acabo de dar cuenta al ver las fotos que yo voy cortando hacia la derecha porque soy zurda y cojo el cuchillo con la izquierda. Los diestros iréis hacia la izquierda.



 
Lo untais con la mezcla de ajo asado pelado y pisado, mezclado con el perejil. Aquí voy a hacer un inciso, o una rectificación de las que os hablaba al principio del post. Después de asar los ajos, me quedé con 33g de pulpa que mezclé con los 6g de perejil. A simple vista no era mucho, pero luego al comerlo, el ajo dominaba un poco el plato. Así que os aconsejo que bajéis la cantidad a la mitad o a las tres cuartas partes.



Enrollamos el solomillo y lo atamos con hilo de cocina. Empezad enrollando por la parte más pequeña (en la foto donde está todo el relleno) Os dejo un enlace de un vídeo que os puede servir de como bridar una carne (aquí) Salpimentamos también por la parte de fuera.



Ponemos el aceite de canela (sin los trozos de canela) en una sartén y doramos el solomillo por todos lados. Añadimos las cebollitas y las setas, saladas previamente y regamos con el vermut. Cocemos hasta que reduzca por lo menos un tercio del volumen (fuego medio como 15 minutos). Ahora incorporamos el caldo, que no tenía hecho, y solucioné con 150g de agua y una cucharadita de postre de Bovril. Ya sé que en mi otro blog www.mamaquehay.blogspot.com, he renegado alguna vez de los caldos concentrados. Pero una cosa es la cocina del día a día y otra la de ocasiones especiales.
Dejamos cocer hasta que el solomillo esté hecho, yo lo puse 10 minutos a fuego medio y los dos últimos a fuego lento. 
¿El resultado? una salsa condensada, espesa y con el punto amargo del vermut., Ñam!




Ahora solo queda hacer chin chin por nosotros,  y disfrutar del finde.











lunes, 20 de octubre de 2014

Tastyfridays Outside: Madreat

Este sábado estuvimos en el primer mercado de Streetfood que se celebra en Madrid, MADREAT. La comida en la calle no es algo habitual en nuestro país. Y no por falta de ganas de los que comemos y de los que nos dan de comer. La legislación es difícil y algo tan habitual en otros lugares del mundo, donde las foodgonetas campan libremente por la ciudad, aquí se convierte en misión imposible.

Pero los organizadores de MADREAT, han conseguido sacar a la calle la cocina de chefs profesionales o de nuevos emprendedores y prometen seguir haciéndolo cada tercer fin de semana de mes. Para ello han elegido el Jardín Botánico de la Universidad Complutense y lo han llenado de caravanas, furgonetas, carritos y distintos puestos en los que poder probar bocatas, hamburguesas, empanadas, perritos, crepes, tacos, croquetas, tapas, tartas o cookies entre otras cosas. Unos con su punto de autor, otros más tradicionales y aderezado con música y buen ambiente.

Participaron 30 puestos y por lo que ví cuando me iba y por lo que he leído después en alguna publicación y en las redes sociales, las colas se hicieron en determinados momentos interminables. Supongo que a medida que avancen las ediciones y se vayan agregando más puestos, si es que es posible, se irá solucionando este tema.



En mi caso no tuve problema, me puse de meta llegar a las 12, cuando abrieran, para poder cotillear a mis anchas. A la una estábamos allí de happyfamily, una hora después de lo previsto, no está nada mal. Ya había bastante gente pero se estaba muy bien. Pude hacer una ronda de reconocimiento, a ver qué ponen aquí, mira esto que buena pinta, aquí vuelvo luego...Y más o menos media hora después las fieras empezaban a estar un poco inquietas, así que raudos y veloces nos dirigimos a un puesto de perritos para poder amansarlos.



Mientras devoraban su salchicha y se tiraban todo el ketchup por encima, seguimos nuestra ronda y me llamó la atención lo bien que tiraban las cañas los chicos de "El kiosco", una foodgoneta muy pintona. El calor ya estaba haciendo de las suyas, así que una cañita please. Y allí esperando por mi cerveza descubrí ese bocata de calamares con alioli y kimchee coreano o esas hamburguesas con albahaca y pimiento caramelizado y los churritos de pollo con salsa de mostaza, miel y naranja. Así que fui a la jardinera donde tenía apostados a mis churumbeles devorando su perrito y a contarle a su papi que era la hora de empezar a probar antes de que a todo el mundo le diera por hacer lo mismo. Dicho y hecho, bocata de calamares y churritos de pollo.





En el centro del recorrido hay una explanada con mesas y sillas, mucho sol y todo lleno. Pero por la parte de fuera hay sombra y un murito donde ponerse a zampar. Justo enfrente de nosotros había un huerto donde los peques se lo pasaron bomba descubriendo calabacines gigantes, pimientos y sandías. Alrededor, césped donde comer en torno algún árbol.







Después de un rato decidimos ir a por algo más, las colas ya eran serias en algunos sitios. Nos quedamos en El Chirinwito donde unos chicos del sur con mucha gracia vendían cada medio segundo un croquetón del puchero o un langostino de Medina ( sí, sí de Medina del Campo).

Tres de la tarde, colas imposibles, pero nosotros ya estábamos listos. Así que a dormir la siesta se ha dicho. Espera, espera, antes una paradita en la furgo de vinos de The Flying Cow para comprar una botella de vino de Bodegas Fontana en Cuenca; Oveja Tinta, se llama, y daremos cuenta de ella en nuestro próximo Tatyfridays.

Os recomiendo la visita, ya sabéis el tercer fin de semana de cada mes.


¡Volveré!





miércoles, 15 de octubre de 2014

Tastyaperitivo: Calamares a la andaluza con lima


Lo prometido es deuda y aquí vengo yo a saldar la mía. Tenía pendiente contaros lo que hice con los calamares que me sobraron en mi anterior post. Un día, buscando y buscando algo diferente por este maravilloso mundo de internet, lleno de recetarios y blogueros dispuestos a compartir sus conocimientos, encontré este aperitivo para chuparse los dedos. La fuente: el blog "El cocinero fiel" a quien a su vez le dio la receta Edu Pazos del Resturante Degusta.

Es un aperitivo muy fácil y rápido, que yo ya he hecho varias veces y que nunca falla, queda buenísimo.

INGREDIENTES
Calamares
Harina
Pimentón de la Vera
Sal
1 Lima
Aceite de oliva

Limpiáis los calamares como os conté en mi anterior entrada (pincha aquí si quieres recordarlo). Los secáis y los abrís. Los cortáis en tiras finitas a lo largo o sin abrirlos en círculos finos.
Ahora los salamos y los introducimos en una mezcla de harina y pimentón. Yo utilicé agridulce, pero si queréis utilizar sólo dulce pues también está bien. La proporción que nos da el cocinero es por cada cuatro cucharadas de harina, una de pimentón.
Una vez metidos dentro de la mezcla, vais sacando y sacudiéndolos un poco para retirar el exceso de harina y los freís en aceite, yo utilicé de oliva y él de girasol, así que cualquiera de los dos.
En cuanto tomen color los sacáis a un plato con papel absorbente. Se fríen muy rápido porque son muy finitos. También hice las patas de la misma manera.
Ahora sólo falta rallar lima por encima y listo. El toque de la lima y el pimentón les da un gusto distinto y espectacular.




lunes, 29 de septiembre de 2014

Calamares Rellenos

Buscando, buscando, qué hacer este viernes para cenar me encontré en la pescadería con unos clamares, pequeños y muy monos ellos. A su lado había otros un poco más grandes, que me iban a dar menos trabajo, por eso de limpiar menos cantidad y ser más fáciles de rellenar. Aún así me llevé los pequeños, una que es así y que le gusta complicarse la vida un poquito más. La verdad es que los pequeños quedan más tiernos y se hacen enseguida. Además la cantidad que necesitamos para la cena "parejil" tampoco es tanta. Aunque yo me llevé al final más cantidad y acabé con cara de tentáculo de tanto limpiar calamares. Con los que me sobraron hice un aperitivo al día siguiente que prometo publicar pronto porque estaba realmente bueno.

Me parece importante saber limpiar calamares, aunque es verdad que podemos encontrarlos limpios congelados en algunas tiendas pero el saber no ocupa lugar, así que he hecho unas fotos de como lo hago yo, por si os puede ayudar en algo.


Primero tiramos de los tentáculos sujetando el cuerpo con la otra mano y los separamos sacando a la vez las tripas del calamar.



Una vez está separado, tiramos de los tentáculos a la vez que giramos  un poco por la parte de arriba de los ojos. Así conseguiremos separar el tentáculo y dejar los ojos y las tripas por otro lado que es lo que deshechamos. Cuidadín al hacer esto que salpica. 

Ahora, si observáis la foto de arriba veréis un punto negro en el centro, con los dedos lo quitamos, es una parte dura, es como una bolita que se quita fácilmente.


Bueno pues ya tenéis los tentáculos separados y listos para darles un agua, escurrirlos y secarlos un poco con papel de cocina.

¿Y qué hacemos con el cuerpo? Pues metemos la mano y sacamos la "pluma" que es esa parte alargada como un plástico que llevan adherida a lo largo de todo el cuerpo. A veces se parte, tened cuidado de no dejar la parte del final dentro que luego es muy desagradable encontrársela. Con tirar un poco del principio suele salir, sino metéis el dedo hasta el final y la váis subiendo despacio que no se vaya a romper el cuerpo. Los lavamos y secamos un poco y ya los tenemos listos para rellenar. Yo no les quito la piel, ni las aletas.

Así contado parece un rollo pero no se tarda tanto y no es nada difícil. Siempre podéis utilizar vuestras armas de seducción y hacer que ese pinche hambriento que se relame sólo de pensar en el platazo que va a cenar hoy, os eche una mano. Vosotros le explicáis cómo hacerlo, le servís una copa de vino, o una cervecita y le contáis lo que se os ocurra. Tampoco os paséis que igual pasáis al postre directamente y se quedan los calamares sin limpiar y la cena sin hacer.

Y ahora que ya tenéis al pinche en el bote, os servís una copita de vino para vosotros y seguimos con la preparación, que esto no ha hecho más que empezar.

INGREDIENTES
(2pax)

16 calamares pequeños
10 langostinos
35 g de cebolla
2 rodajas de piña en su jugo pequeñas
aceite de oliva
sal y pimienta
Salsa:
60 g de cebolla
5 g de maicena
coñac
115 g agua

Picamos la cebolla muy pequeña y la sofreímos. Mientras tanto le quitamos las cabezas y la piel a los langostinos y picamos los cuerpos, que queden muy picados. Los echamos a la sartén damos una vuelta y echamos la piña muy picadita. Salpimentamos y dejamos que se haga unos minutos. Ya tenemos el relleno.
Con ayuda de una cuchara pequeñas rellenamos, cogemos un poco de relleno, lo introducimos y bien lo empujamos un poco (no hace falta llegar a la punta) hacia atrás con el dedo, o con la parte de atrás de la cuchara. Cerramos con un palillo.  No debéis rellenarlos mucho, porque al cocerse encogen un poco y se os pueden abrir. Aquí le guiñáis el otro ojo a vuestro pinche y si pica os puede seguir ayudando mientras que hacéis la salsa, no?


Para hacer la salsa ponemos otra sartén con un poco de aceite y echamos las cabezas. Las aplastáis bien para que suelten todo el jugo y con el fuego fuerte le echáis un chorrito de coñac. A continuación bajad el fuego y añadís el agua. Dejáis cocer unos 4 minutos aplastando bien las cabezas para que salga bien todo lo de dentro. Ahora retiramos las cabezas y pasamos por la batidora para que quede fino. Sofreímos la cebolla de la salsa y añadimos el caldo que hemos conseguido de las cabezas.

Como he visto que la salsa quedaba un poco líquida, la he espesado con un poco de maicena.
Para ello he cogido 50g de agua fría y he disuelto una cucharadita de maicena, como 4-5g.  La añadís le dais unas vueltas y que no se os olvide la sal. Ahora sólo queda incorporar los calamares y dejar que se hagan en la salsa a fuego medio unos diez minutos. Si los calamares fueran más grandes necesitan más tiempo de cocción.


Pensaba echar los tentáculos bien picados al relleno pero se me olvidó, así que lo que hice fue salarlos y pasarlos por la sartén con muy poquito aceite y servirlos con el plato.

Aquí está el resultado. No sé a vosotros, pero a mí me parece una muy buena forma de empezar el fin de semana


martes, 16 de septiembre de 2014

Tastybocata de Atún Rojo

He vuelto como El Almendro, menos mal que he logrado llegar antes de Navidad. Entre las vacaciones y la vuelta al cole ha sido difícil recuperar las cenas de los viernes. Pero todo llega y espero que, aunque hayan pasado unos cuantos días, estéis ahí con los brazos abiertos como la family del turrón.

Esta es la primera cena de la temporada y como ya habréis leído en el título de la entrada he hecho un bocata. Pero no un bocata cualquiera, y mira que a mí los bocatas cualquiera me encantan. Sólo tendríais que ver cómo salivo cuando hago esos bocatas a los niños de jamón, de chorizo, de queso, de crema de cacao...bueno basta ya! A lo que iba, tasty fridays se merecía un bocata diferente, un bocata con punto. ¿Y cómo le damos el punto? Pues con un relleno top: Atún rojo, ya conocéis mi debilidad por él. Y con un pan hecho para la ocasión, en este caso un pan con tinta de calamar que le iba como anillo al dedo al atún.

Siempre que alguien me pregunta por el tiempo que me cuesta hacer las cenas de los viernes, le digo que no me lleva todo el día prepararlas, empiezo más o menos cuando se acuestan los niños, o un poco antes, mientras ellos están cenando. Esta vez como el pan tiene que levar dos veces, empecé a las 7 de la tarde, para poder tener el pan listo a la hora de la cena. Luego la elaboración del bocata no lleva mucho tiempo. 

La receta la saqué de un libro que tengo en el que vienen bocatas y hamburguesas con un pintón que te mueres, y ahí estaba en una estantería cogiendo polvo y yo sin prestarle atención. Las cantidades igual son un poco raras pero es que la receta venía para 6 personas y yo la he ido adaptando para 2 con calculadora en mano.

INGREDIENTES
(2pax)

Pan:
167g de harina
9g de levadura de panadero
100g de agua
12 g de mantequilla
4g de sal
1 bolsita de tinta de calamar
semillas de amapola o de sésamo

Relleno:
150 - 200g de atún rojo en filetes gruesos 
44g de pimiento amarillo
35 g de pimiento rojo
40g de lechuga iceberg o romana
30g salsa de soja dulce
sal y pimienta

Salsa:
2 cucharadas de mayonesa
17g de alcaparras
1 cucharada de zumo de limón

Empezamos por hacer el pan. Amasamos si podemos con ayuda de un robot mejor, la harina, el agua, la levadura, la tinta de calamar, la mantequilla y la sal. Aquí os doy un consejo y es que la levadura la disolváis en agua tibia y cuando esté disuelta ya la añadís a la harina. La mantequilla que esté a temperatura ambiente, incluso la podéis ablandar un poco con las manos.
Hay que amasar con el accesorio correspondiente 5 minutos a baja velocidad e ir aumentándola poco a poco y trabajar otros 5 minutos. Ahora manda dejarla reposar en el robot 30 minutos. Yo la saqué y la dejé reposar en un bol tapada con un trapo. Al sacarla estaba un poco pegajosa y difícil de manipular. Hay que tratar de dejarla unida, para ello si lo hacéis con las manos igual os ayuda echaros un poco de harina.
Una vez que pase el tiempo de reposo, la dividís en dos bolas y las colocáis en la bandeja del horno sobre papel sulfurado. Aunque la masa ahora ya estará más manejable, echaos otra vez harina en las manos para formar las dos bolas. Cuando tengamos las bolas formadas es el momento de esparcir por encima las semillas de amapola, que yo sustituí por sésamo. Aquí hay que volver a dejar reposar ahora 45 minutos tapados con el trapo. Mientras precalentamos el horno a 210º con un bol o bandeja que soporte la temperatura del horno lleno de agua. 


Metemos al horno los bollos durante 15-20 minutos, depende un poco del horno. El mío es un poco perezoso y los dejé 20. Para comprobar que están hechos, meto una aguja fina de tejer que toque el centro y tiene que salir caliente y seca. Dejamos enfriar los bollo y los cortamos con cuidado por la mitad. 
Os cuento que las semillas de sésamo no se pegaron muy bien y se iban cayendo todo el rato, otra vez probaré a pegarlas con un poco de agua o con huevo.



Ahora vamos con la salsa. Mezclamos la mayonesa, la cucharada de zumo de limón y las alcaparras bien picadas, pimienta y si queremos un pelín de sal.
Seguimos con el relleno y para ello pasamos los filetes de atún vuelta y vuelta por la sartén, los retiramos y desglasamos la sartén con la salsa de soja( esto es rascar un poquito con una espátula de madera mientras removemos). Sacamos del fuego y echamos el atún dentro y le vamos dando unas vueltas hasta que se entibie. Si la salsa de soja que tenemos no es dulce al atún habrá que echarle solo pimienta porque la soja ya le da sabor salado. Si por el contrario la salsa es dulce, echamos al atún sal y pimienta.
Aquí quiero hacer un inciso, al pasar el atún por la sartén primero y luego meterlo en la salsa de soja que está caliente y lo sigue cocinando, al final no queda tan crudo como a mí me gusta. Así que para la próxima vez que lo haga voy a probar a meterlo a marinar en la soja un ratito y luego vuelta y vuelta en la sartén, o dejar que se entibie la soja antes de meterlo. 
Cortamos los pimientos en tiras finas (juliana) y los salteamos con un poco de aceite de oliva. Lavamos la lechuga, la troceamos pequeña y reservamos.

Ahora montamos el bocadillo, para ello untamos las dos tapas con la salsa, sed generosos. Ponemos sobre la de abajo la lechuga, el pimiento salteado y por último el atún. 



Sólo falta tapar y disfrutar, ¡qué por fin es viernes!







miércoles, 6 de agosto de 2014

Tastyfridays Outside

Hoy quiero hablaros mi experiencia en Nakeima. Hace ya algunas semanas que estuve cenando allí y tenía muchas ganas de contároslo; lo que no he tenido es mucho tiempo, pero todo llega. Algún avance he puesto en las redes sociales para que empezaseis a salivar y hoy, la experiencia completa.

Llevaba tiempo queriendo ir a Nakeima, pero nunca conseguía que se alinearan los planetas ni tan siquiera para poder plantarme en la cola. ¿COLA? Sí habéis leído bien. Estos chicos que en otoño llevarán un año abiertos tienen cola todos los días, por la mañana y por la tarde, para acceder a su restaurante. Pensé que en julio a la gente ya se le habría pasado un poco la fiebre y los calores de la tarde ayudarían. ¡ILUSA! Dijo una vocecita en mi oído, así que a las 19:50 exactamente me planté delante de este curioso lugar que cuando lo ves por fuera ni te imaginas lo que se va a cocer dentro.
Cuando llegamos ya teníamos 15 personas delante, entran 20, a veces alguno más. Mientras hacíamos la cola se me venían cosas a la cabeza como -pero que hago yo aquí que no hacía una cola desde que tenía 18 años- O ese -¡madre mía qué calor me voy a derretir, qué aburrimiento!-. Y entre pensamiento y pensamiento y comentario y comentario descubres que el que tienes delante tripite y el que tienes detrás repite. Pues yo creo que no me va a defraudar este dumpling bar, como dice su tarjeta por un lado o free-style Asian Food, como dice por el otro.

20:30 un chico sale a la puerta a apuntar a la gente y a las 21 te cita para cenar. Una cervecita para apagar la sed y ya estamos ahí.

Todos los comensales se sientan en la barra, creo que también hay una mesa para cuatro o cinco y otra más pequeña. Bueno lo de todos se sientan no es exactamente así, porque no hay taburetes para todos. Lo primero un aperitivo de pan de arroz. A continuación los camareros repartidos por la barra empiezan a contar a cada uno lo que puedes comer hoy dividido en entrantes, niguiris, tatakis, palos y platos. Responden a tus dudas, te aconsejan, te dan opciones y te sonríen. Pues ya está, ahora a esperar que empiece la fiesta. 

Los primeros no tardan en salir de la pequeña cocina vista que hay al final de la barra. Para nosotros rollito de primavera, un básico, y unos dumpling. El primero estaba bueno, pero necesito probar más. El dumpling no hace acto de presencia y llega el tataki de pez mantequilla. ¡Madre mía, riquísimo! En la barra uno de los chicos comienza a preparar los niguiris, y así llega el tataki de Waygu que iguala al anterior. ¡Qué sabores consiguen estos chicos!


Hacen su aparición los niguiris. Habíamos pedido de vieira y de chicharro y vienen también unos de gamba al ajillo, no había dumpling así que nuestro camarero nos obsequia con estos niguiris, un buen detalle. Los tres estaban espectaculares, pero el de chicharro me cautivó. 



Empiezo a entender la cola y a no arrepentirme de haberla hecho. La cena discurre en un ambiente distendido donde los camareros hablan con los clientes, se cercioran de que les van gustando los platos, que no falta nada de beber, y todo está ok.

Y le toca el turno a la oreja a la plancha, un plato que nuestro camarero nos ayudo a elegir entre otros y desde aquí le doy las gracias por tremenda elección, sin palabras, perfectamente tratada, sabores diferentes. La disfrutamos bocado a bocado hasta limpiar el plato.


Ya sólo nos quedaba un plato, Curry de Pato, ñam! y después de probar la oreja tenía mis dudas pero ese curry de pato supo mantener el tipo, no me esperaba menos.

La cena la acompañamos con un tinto del que habíamos oído hablar pero no habíamos probado. Crash, un vino extremeño muy especial y que os recomiendo
Y llegamos al punto de siempre, el postre, pues ha vuelto a pasar. Cero sitio para el postre. Otra vez será...

Para los que aún habiendo leído las maravillas de este pequeño gran lugar, no estéis dispuestos a hacer cola, podéis probar y probar porque igual algún día no la hay. O esperar a que abran la parte de arriba que quizás sea con reserva.